Hiperplasia benigna de próstata (HBP)

 

¿Qué es la próstata y cuál es su función?

La próstata es una glándula que se encuentra por debajo de la vejiga y que rodea la uretra. Se encarga de producir el líquido que contiene el semen y participa en la eyaculación.

¿Cuál es el tamaño normal de la próstata?

El tamaño normal de la próstata es similar al de una nuez, aproximadamente 15-25cc. Sin embargo, va aumentando su tamaño poco a poco a medida que el hombre envejece, lo que se conoce como hipertrofia o hiperplasia benigna de próstata (HBP).

¿Es frecuente la hiperplasia benigna de próstata?

El crecimiento de la próstata es una afectación común en los hombres a partir de los 50 años, aunque en casos excepcionales puede ocurrir antes de esta edad y puede producir algunos síntomas molestos secundarios a la obstrucción del paso de la orina que dificulta el vaciado correcto de la vejiga. Este problema lo padecen la mitad de los hombres a partir de los 50 años de edad y hasta 8 de cada 10 hombres a partir de los 70 años de edad.

¿Es grave? ¿Puede afectar la calidad de vida del paciente?

Las enfermedades de la próstata pueden llegar a ser muy preocupantes, pero es importante saber que la HBP no es cáncer de próstata ni aumenta el riesgo de padecerlo. Sin embargo, ambas patologías pueden desarrollarse al mismo tiempo al ir envejeciendo, por lo que conviene realizar revisiones urológicas anuales a partir de los 45-50 años.

No se trata de una enfermedad que ponga en riesgo la vida de los pacientes, pero puede incidir de forma significativa en la calidad de vida de los mismos.

¿Qué síntomas produce la hiperplasia benigna de próstata?

El agrandamiento de la próstata puede provocar varios síntomas:

  • Vaciado incompleto de la vejiga (tenesmo vesical)
  • Escapes de orina (incontinencia urinaria).
  • Necesidad de orinar más de 2 veces por la noche (nicturia).
  • Micción dolorosa o con dificultad.
  • Disminución de la presión al orinar o chorro débil.
  • Presencia de sangre en la orina (hematuria).
  • Incapacidad para orinar que puede llegar a retención urinaria.
  • Goteo al final de la micción.
  • Urgencia miccional (hiperactividad vesical).

¿Qué tratamientos existen para la hiperplasia benigna de próstata?

Los medicamentos son el tratamiento más frecuente y el que se suele indicar de entrada para los síntomas leves a moderados.

Existen varios tratamientos farmacológicos:

Alfabloqueantes: Estos medicamentos relajan el cuello de la vejiga y la próstata, lo que hace que orinar sea más fácil. Los alfabloqueantes (tamsulosina, doxazosina, silodosina y alfuzosina) por lo general actúan rápidamente en hombres con próstatas relativamente pequeñas. Los efectos secundarios más habituales son los mareos (hipotensión) y la eyaculación retrógrada o eyaculación «seca» (consiste en que el semen regresa a la vejiga en lugar de salir por la punta del pene).

Inhibidores de 5-alfa reductasa: Estos medicamentos disminuyen el tamaño de la próstata ya que previenen los cambios hormonales que producen el crecimiento de la próstata. Estos medicamentos (finasterida y dutasterida) pueden tardar hasta seis meses en actuar.

Terapia con combinación de medicamentos: Se pueden combinar un alfabloqueante y un inhibidor de 5-alfa reductasa al mismo tiempo, si por separado ninguno de ellos es efectivo.

Tadalafilo: Es un Inhibidor selectivo de la fosfodiesterasa 5 (PDE5), medicamento que se utiliza para tratar la disfunción eréctil, también puede ser usado para tratar la HBP.

Efectos secundarios como la eyaculación retrógrada (eyaculación “seca”), mareos, afectación sexual y el hecho de que muchos medicamentos pueden perder su eficacia con el tiempo y desarrollar intolerancia a los mismos; efectos secundarios que el paciente en muchos casos no está dispuesto a asumir, son la causa de abandono de estos tratamientos por muchos pacientes.

El tratamiento quirúrgico se indica en aquellos casos en los que existen complicaciones importantes por la obstrucción secundaria a la HBP, como pueden ser las infecciones urinarias de repetición, retención aguda de orina, sangrado, insuficiencia renal (fallo de la función de los riñones provocada por la obstrucción urinaria) y en aquellos casos en que el tratamiento farmacológico resulta insuficiente o que los síntomas afecten a la calidad de vida del paciente.
El objetivo de la cirugía suele ser la eliminación parcial o total del tejido prostático obstructivo que de forma clásica se llevaba a cabo con la resección transuretral de próstata (RTU-p) para las próstatas pequeñas-medianas o con cirugía abierta en caso de próstatas de mayor tamaño; técnicas que pueden ser muy invasivas y pueden llegar a producir complicaciones como incontinencia urinaria, sangrado importante que requiera transfusión, disfunción eréctil, eyaculación retrógrada, además de un ingreso hospitalario prolongado.

Existen técnicas más recientes y menos invasivas, como la vaporización o la enucleación prostática con láser, que evitan muchas de esas complicaciones.
Otro grupo de técnicas menos invasivas introducidas recientemente son: Rezum (terapia con vapor de agua), Aquablation (hidroablación prostática robótica), Urolift (implante uretral definitivo), i-TIND (implante uretral temporal) y PAE (embolización de las arterias prostáticas), tienen una serie de ventajas como la preservación de la eyaculación y la posibilidad de llevarse a cabo bajo anestesia local o sedación, sin necesidad de ingreso hospitalario en muchos casos; sin embargo, no están disponibles en todos los centros y no son aptas para todos los pacientes.
Para indicar el mejor tratamiento es necesario valorar una serie de factores como: el volumen prostático, durabilidad del tratamiento, edad del paciente, medicaciónanticoagulante y deseo de preservar la eyaculación.

La mayor parte de hospitales o centros médicos ofrecen a sus pacientes solo una o dos opciones quirúrgicas, por lo que el paciente es sometido a un tratamiento quirúrgico que en muchos casos no se adapta a sus necesidades y no cumple con sus expectativas.

Un cirujano experto en HBP debe ofrecer al paciente un plan de tratamiento personalizado de acuerdo a las características específicas de cada caso, después de discutir las ventajas y desventajas de todas las opciones quirúrgicas disponibles.

El procedimiento perfecto no existe, lo más importante es emplear la técnica que se adapta mejor a cada paciente. Una vez más el volumen prostático, edad, tratamiento anticoagulante, deseo preservación de la eyaculación y la durabilidad del tratamiento son factores esenciales para decidir el mejor tratamiento.